Isoca

Trabajadores del pensamiento

Transversal Xavier Marcet

Javier Marca,
presidente

El management de la era industrial tenía trabajadores manuales. El de la era de la información-digital tiene del conocimiento. El management de la era de la IA requeritrabajadores del pensamiento. Los trabajadores manuales fueron sustituidos en gran parte por la automatización de los procesos productivos, los trabajadores del conocimiento vieron muy reducido su volumen por la digitalización de procesos de información y algunos piensan que la era de la IA y la robótica va a acabar con casi todos los trabajos. Las máquinas no solamente harán operaciones físicas, procesarán la información y los datos, sino que también tomarán decisiones. Creo que lo único que puede equilibrar esta tendencia es que evolucionemos de trabajadores del conocimiento a trabajadores del pensamiento. Es decir, trabajadores que tienen como principal competencia su capacidad de pensar, para decidir, para operar, para impactar. Los trabajadores del pensamiento decantarán la relación de la inteligencia artificial y de la humana hacia las personas. Qué es lo sensato. Porque ni las empresas ni las sociedades pueden vivir con empresas que sean un enjambre de máquinas con cuatro personas estorbando. Lo que necesitamos son empresas donde trabaje mucha gente, todo lo bien pagada que la competitividad permita, y que pague impuestos suficientes como para mantener una sociedad equilibrada y con alto sentido social. Todo lo demás me suena a distopía y a generalización de la pobreza.

Veamos la evolución que nos ha llevado hasta aquí.

Los primeros pensadores del management estaban preocupados por la productividad. Aspiraban a tener una ciencia que permitiera organizar científicamente el trabajo. Era el momento de los trabajadores manuales. Las empresas acumulaban toda la inteligencia en su cúpula y, cual ejército, unos pensaban y otros ejecutaban. Las empresas tenían jefes de personal para contratar, despedir, controlar las horas y pagar los salarios semanalmente en un sobre beige. Peter Drucker rompió este paradigma en 1959 cuando empezó a hablar de los trabajadores del conocimiento, anticipando lo que sería la gran revolución de la información y posterior digitalización de la última parte del siglo XX. Los trabajadores usan el conocimiento como materia prima y las empresas necesitan actualizar sus conocimientos con la formación. Los jefes de personal devienen directores de recursos humanos. Continuaron existiendo trabajadores manuales, pero la franja de los del conocimiento no paraba de crecer. Se fraguaba la batalla por el talento, para distinguir aquellos del conocimiento que dibujaban trayectorias de resultados al sumar conocimiento, capacidad de adaptación y habilidad para trabajar con los demás.

La revolución digital llevó esta batalla por el talento al extremo. Hoy los perfiles de profesionales digitales van buscadísimos. Pero las tecnologías basadas en datos y la IA crearán un nuevo perfil profesional que son los trabajadores del conocimiento con capacidad de pensar en entornos marcados por la IA. Los trabajadores del pensamiento serán capaces de poner la tecnología a su disposición y no el revés. Si pensamos, la tecnología nos empodera. Si mimetizamos, la tecnología nos conduce a la indiferenciación y a la comoditización. la tarea principal de los trabajadores del pensamiento será tener el monopolio de las preguntas. Porque las máquinas darán algunas respuestas, pero la estrategia, la singularidad y los valores nacerán de las preguntas. Y hacer preguntas requiere saber pensar. Y pensar es tener capacidad propia de analizar, de dibujar escenarios, de inducir, de deducir, de perimetrar problemas, de definir dilemas, de hacer las preguntas clave que nos permitirán tomar decisión y enhebrar soluciones. Sin duda este trabajador del pensamiento será un usuario intensivo de las tecnologías digitales y la IA. Pero la fuente de la competitividad de las empresas serán las personas.

La tecnología puede ofrecer ventajas competitivas potentes pero pasajeras. Cuando las tecnologías se democratizan, la diferencia la ponen las personas. A finales de los noventa creíamos que tener una página web confería ventaja competitiva. Hoy sabemos que la competitividad está en las personas, no en las páginas web. Con la IA pasará lo mismo. La IA se parecerá mucho a la industria farmacéutica, como dice Jordi Albó de Lighthouse. Estará regulada y no todo valdrá. Poner puertas al campo no será fácil, pero no hay otra salida si no queremos perder la cabeza. Aprenderemos a crear una innovación que sea compatible con el mantenimiento del valor social y para ello estos trabajadores del pensamiento serán fundamentales. La innovación sin disrupción es muy interesante.

Los trabajadores del pensamiento son una extensión de los trabajadores del conocimiento que definió Peter Drucker. Es simplemente poner el acento de pensar a los trabajadores del conocimiento de Drucker. Y cuáles son las características de estos trabajadores del pensamiento. Primera, la capacidad de hacer preguntas clave. Las preguntas marcan el perímetro. Ponen foco. Chat GPT pueda dar respuestas, pero las preguntas las ponemos las personas, la valoración y redefinición de las respuestas, también. Es como usar Google Maps en el coche. Predice cuándo llegarás y prescribe por dónde pasar. Pero la dirección la escogemos las personas, y también somos las que decidimos si le hacemos caso o no.

Innovar consistirá muchas veces en contradecir a la IA. Segunda, la capacidad de establecer una relación funcional con las tecnologías de datos. Las máquinas no formarán parte del equipo, pero no habrá equipos de alto rendimiento al margen de un uso hábil de los datos y la IA. Tercera, la capacidad de aprender pasa a primer plano profesional. Con la formación no nos alcanza. Aprender es crear una síntesis personal entre nuevos conocimientos o nuevas herramientas y la propia trayectoria. Cuarta, la capacidad de construir síntesis de equilibrio entre las máquinas y las personas. Los trabajadores del pensamiento son el producto de una nueva síntesis entre las ingenierías y el humanismo. Quinta y última, los trabajadores del pensamiento avanzado saben que el estadio superior siempre está en alcanzar la sencillez y revalorizar el sentido común. En gran medida la IA deviene solo un problema cuando perdemos el sentido común, ese que nunca tendrán las máquinas.

Abrir chat
1
Hola
¿En qué podemos ayudarte?